El shuar siguió retándolo con gran insistencia, diciendo: "Kuartam-tan, Kuartam-tan, a ver si me comes" y rió.
Su mujer en varias ocasiones lo advirtió, diciendo que se puede transformar en un tigre. No hizo caso a su sugerencia. Kuartam, el sapo convertido en felino, se lo comió. Su ataque fue tan extraño ya que no se pudo escuchar nada sobre dicho ataque, solo se pudo saber que apareció la mitad del cuerpo del shuar.
Al amanecer la muchacha decidió matar a Kuaratm. Llegó hasta el árbol donde habitaba el sapo y lo tumbó. Al caer el árbol mató a Kuartam, que se había convertido en un sapo con un inmenso estómago.
La mujer decidida a cortarle la panza, en su interior encontró pedazos de su amado esposo.
Esta venganza no le pudo devolver a su esposo, pero la mujer pudo contar que no es bueno imitar el canto de Kuartam.
A lo lejos se puede escuchar "Kuartam-tan,Kuartam-tan", sin saber si es un sapo o un shuar a la espera de un tigre.
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