jueves, 8 de enero de 2009

CANTUÑA

En los primeros años de Quito como época colonial, sus plazas estaban tomando forma, entre unas de estas, estaba la tan conocida Plaza de San Francisco, cuya construcción estaba a cargo de un nativo llamado Cantuña.
El atrio debía estar construido en muy poco tiempo, este se teminaba y el atrio estba inconcluso. Cantuña estaba siendo amenazado por sus patronos, afirmando que lo iban a encarcelar si no cumplia con la obra en el tiempo acordado.
Un día, Cantuña regresaba a su casa y al pasar por la obra inconclusa, emergió un personaje vestido todo de rojo, con una espesa barba y una nariz puntiaguda. El ambiente olía a azufre y el personaje se identificó diciendo: Hola cantuña, ¿no me reconoces?, soy Satanás, te vengo a proponer un trato: Solo yo puedo terminar la obra antes del amanecer, pero a cambio de esto tu me entregarás tu alma, ¿Aceptas?.
Cantuña vio que eso era imposible, de esta manera aceptando el trato pero dijo que si faltaba una solo piedra antes de sonar la campana del Ave María el trato se anularía. En ese mismo momento miles de diablillos que ascensiedon del infierno comenzaron a construir en atrio.
El tiempo se le acababa a Cantuña casi ya amanecía. Sonçó la campana del Ave María y el atrio aun estaba inconcluso, faltaba una piedra, aquella piedra que salvaría el alma de Cantuña.
Satanás enfurecido por este hecho desapareció, dejando un olor a azufre.

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